martes, 1 de noviembre de 2011

"LA REPÚBLICA DEPENDIENTE DE MAVISAJ"


Primera frase, dedicatoria y pequeño prólogo en forma de cuento que encabezan esta novela:

Si los cuentos fuesen realidad, alguien

conspiraría para asesinar a la fantasía.

Para todos los «no cuerdos» de este

mundo, puesto que todavía son capaces

de creer, pero sobre todo soñar, con la

felicidad compartida.

PRÓLOGO

Una vez érase, un Mundo que no era «mundo», pues su fiel compañera la Felicidad, murió víctima del rencor y la tiranía, de la injusticia y la maldad. Así, aquel Mundo se sumió de repente en una cruel desesperanza en la que nada ni nadie quiso ayudarle, y poco a poco empezó a morir también. La Vida quiso ir en su rescate, pero la Indiferencia y la Envidia se lo impidieron. Fueron meses, quizá años, de oscuridad y de miseria, de sinsabores y sinrazón. Pero de repente apareció él, el Equilibrio, tendiéndole una mano y aconsejándole a seguir luchando, aliándose con un nuevo personaje, el Optimismo, el cual no estaba hecho como los demás, ya que éste vivía en un paraíso de fantasía y felicidad. Y fue entonces cuando el Mundo comprendió que la Felicidad no había muerto, pues aunque fuera sólo en la mente de un «no cuerdo», como era el caso del Optimismo, ésta seguiría existiendo mientras el «mundo» fuese Mundo. Sí, fue en ese preciso momento cuando dicho Mundo decidió agradecer al Equilibrio su ayuda, no dejándose morir e intentando vivir en el único «mundo» que él podía entender, procurando empezar cada día con un «érase una vez», y no con un «una vez érase», tal y como muchos de los personajes que en él mismo vivían, habían pretendido abocarlo.

Pierre Lemerre no supo escucharlo, o más bien no le dejaron, por eso no fue el mundo el que lo mató, sino los crueles y despiadados personajes que en él viven.

2 comentarios:

Sarah Degel dijo...

Me encanta esa dedicatoria y el prólogo, cuando leí el libro, me parecieron, ambas, el comienzo perfecto.

Victor J. Maicas dijo...

Muchas gracias Sarah. La verdad es que cuando uno percibe que ha conectado con el lector, esa sensación es la que te hace seguir narrando de una forma apasionada todo aquello que sucede en nuestro mundo.