jueves, 29 de diciembre de 2011

jueves, 22 de diciembre de 2011

ARTÍCULO: "LAS NAVIDADES DE LOS MENOS FAVORECIDOS"


Artículo publicado en el periódico "Las provincias". Para leerlo mejor lo podréis hacer a través este enlace:

miércoles, 14 de diciembre de 2011

ENTREVISTA EN BLOG LITERARIO.


Para poder leer esta entrevista deberéis entrar en este enlace:

ARTÍCULO "SENEGAL TAMBIÉN EXISTE"


Artículo publicado en Bottup. Este es el enlace:

FRAGMENTO DE "LA REPÚBLICA DEPENDIENTE DE MAVISAJ"


Este nuevo fragmento corresponde al cuarto capítulo:

CAPÍTULO 4

El pequeño Pierre

Oculto tras la ventana de su dormitorio, a Pierre le fascinaba observar la lluvia tras los cristales, resguardado en todo momento por esa calidez que ofrece el hogar. En ocasiones se dejaba llevar por su imaginación rememorando viejas leyendas de otro tiempo, obviando la realidad y erigiéndose en protagonista de sus propias fábulas. Al amparo de sus padres, el chico disfrutaba como podía de aquella soledad a la que había sido relegado, y mientras sus amigos trepaban a los cocoteros y se zambullían en el río lejos de las miradas de los adultos, Pierre esperaba su llegada resguardado en todo momento por la mirada protectora de su padre, ya que éste nunca perdía sus pasos, a no ser que alguien cercano a la familia se responsabilizase de su seguridad. El carácter de su padre, Reinaldo, era dulce y afable, pero agrio y severo cuando se le contradecía, sobre todo cuando se trataba de la seguridad de su familia. Nadie llegó a preguntarle jamás el motivo de aquel comportamiento, pero todos sabían que probablemente aquellas horas que pasó con tan sólo nueve años en las mazmorras de palacio, llenaron de ira su corazón, pero sobre todo lo inundaron de miedo. Miedo hacia todo aquello que no podía controlar, hacia aquellos seres uniformados que de vez en cuando se acercaban hasta la aldea para aterrorizar a la población, en busca de un miedo patológico que los mantuviera alejados de cualquier pretensión de sublevación. Reinaldo Lemerre amaba de tal forma a su familia, que nunca hubiese consentido que alguien de su sangre pasara por lo que él mismo vivió. Una daga de pequeñas dimensiones, pero con un filo que podía cortar la respiración, siempre le acompañaba. En una ocasión, Pierre oyó cómo su padre, pensando que el chico dormía, se sinceraba con un viejo amigo diciéndole que «hay una cosa aún peor que la muerte, y ésa no es otra que el dolor. Ese dolor que te rasga las carnes, pero sobre todo, el corazón. Ese dolor que hace que tu mente sólo piense en el fin, en ese final placentero que acabe con todo. Ya no piensas en reír, en soñar o en disfrutar, puesto que lo único que quieres es no sufrir, no sentir nada, ni bueno ni malo, y entonces de repente descubres que el dolor físico ha terminado. No sabes si estás vivo o muerto, puesto que tu noción del tiempo y de la realidad ha desaparecido, y de repente, cuando te das cuenta de que estás vivo, empieza el peor trauma al que un hombre puede ser sometido: el miedo. Ese miedo que arrastrarás durante toda tu vida. Vivirás, intentarás disimularlo, superarlo, pero él es alguien fiel que nunca te abandonará, y te unirás a él de por vida. Lo conocerás, dormirás con él, lo ocultarás tras tu sonrisa, incluso conseguirás olvidarlo en algunos momentos. Pero en realidad siempre estará ahí, como tu sombra, agazapado, tranquilo, esperando su oportunidad para sorprenderte y reclamar lo que es suyo, que no es otra cosa que la posesión de por vida de tu mente y de tu alma, hasta que al final llegas a un pacto con él. Lo respetarás, pero guardando las distancias. Le dirás que tu alma es suya para siempre pero que intentarás proteger a los tuyos de su presencia, aunque el intento te cueste la vida. Mi hijo, mientras yo pueda evitarlo, nunca conocerá la cara más oscura del miedo. Conocerá su cara más amable, que no es poco y además es ley de vida, pero intentaré que esa bestia no penetre jamás hasta lo más profundo de su corazón. Si algún día llega el caso, Dios no lo quiera, Pierre nunca entrará con vida en las mazmorras de palacio, puesto que mi daga, si no hay más remedio, se encargará de ello. La vida es el don más preciado que tenemos, pero nunca a costa de un sufrimiento sin control. Pocas cosas tengo claras en esta existencia plagada de enigmas, pero de lo que no me cabe ninguna duda, es que es mejor una muerte digna que respirar teniendo muerto el corazón. Lo único que me ha mantenido vivo durante estos años es el amor a mi familia, y haré todo lo posible por librar a los míos de los males que yo tanto conozco».

Aquella conversación quedó grabada para siempre en la mente de Pierre. No, su padre jamás le contó que…

NUEVA RESEÑA DE "LA PLAYA DE REBECA"


Para poder leer esta nueva reseña realizada en un Blog literario, deberéis entrar en este enlace: